Desde hace 770 años la Iglesia Católica Dispuso a través del Papa Inocencio IV que los Cardenales usen sombrero rojo -capelo – como propio de la vestimenta junto al anillo y el color que los caracteriza. La disposición rigió hasta el año 1969 donde se continuo con un Capelo mas austero y se elimino el sombrero.
El Capelo o Galero – del latín galerum, galera – en la Iglesia Católica era un sombrero de ala ancha usado por el clero, con cordones terminados en borlas que quedaban sobre el pecho. Tiene su origen en los sombreros de peregrino.
Durante siglos, el uso del capelo o galero estaba limitado a los cardenales, como una corona que simbolizaba el título de ‘Príncipe de la Iglesia’. El Papa Inocencio IV fue el primero que impuso el capelo rojo a los cardenales en 1245 en el Primer Concilio de Lyon. La tradición en la Archidiócesis de Lyon era que el color rojo fue inspirado por los sombreros rojos de los cánones de Lyon. Según Noonan, el Papa Inocencio quería que sus favoritos fuesen diferentes y reconocibles en las procesiones del Concilio. Además en ese entonces lo que estaba en juego era desplazar a Reyes de sus poderes.
Cuando se ordenaba un cardenal, el Papa colocaba un capelo escarlata sobre la cabeza del nuevo cardenal en el Consistorio; esta práctica dio lugar a la frase “recibir el capelo cardenalicio”. Durante el Consistorio, el Papa se los coloca a los nuevos cardenales, y les entrega un rollo en el que está escrito el título que le corresponde a cada nuevo cardenal.
En febrero del año pasado Francisco entre las ordenaciones, hizo lo propio con su sucesor en el Arzobispado de Buenos Aires con Mario Poli.
En 1969, un decreto papal tras el Concilio Vaticano II puso fin a la utilización del capelo aparatoso o gigante, como un acto de humildad de la jerarquía de la Iglesia. Se consideró que mediante la eliminación de tales insignias elaboradas, el pueblo podría identificarse mejor con sus líderes pastorales. Hoy en día, sólo el solideo rojo y la birreta se colocan sobre las cabezas de los cardenales en el consistorio. Los cardenales de rito oriental tienen su propio sombrero distintivo.
Además, esos Capelos cardenalicios se suspendía o colocaban sobre la sepultura del cardenal.
Según dicha tradición, cuando moría un cardenal, se colgaba su capelo sobre su tumba, donde permanece hasta que queda reducido a polvo, simbolizando que toda la gloria terrenal es pasajera. Se decía que cuando cae, el alma del cardenal ha entrado en el cielo.
Capelo de Jorge Bergoglio, ‘miserando atque eligendo’, significa lo miró con misericordia y lo eligió
Agencia MTR