El Día Internacional de la Felicidad se puso en marcha a iniciativa del Reino de Bután, un país que reconoce la supremacía de la felicidad nacional por encima de los ingresos nacionales desde principios de los años ’70, cuando adoptó el concepto de un Índice de Felicidad Nacional Bruta para sustituir al tradicional Producto Interior Bruto (PIB).
La Asamblea General de la ONU, dictó la Resolución 66/281, del 12 de julio de 2012 instaurando el 20 de Marzo como Día Internacional de la Felicidad, para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno.
Este es el tercer año que se celebra en todo el mundo.
El mundo necesita «un nuevo paradigma económico» que reconozca «la paridad de los tres pilares del desarrollo sostenible», el social, el económico y el medioambiental porque, como ha señalado el Secretario General, Ban Ki-moon, «juntos definen nuestra felicidad global».
Sobre el reino de Bután, país impulsor de la fecha, es de señalar que tiene apenas 700.000 habitantes, enclavado en la cordillera del Himalaya del sur de Asia, es la cuna de la concepción de “la felicidad interior bruta” (FIB) como cuestión más importante que el Producto Bruto Interno (PBI).
Los orígenes del calificativo se remotan hacia 1974, año en que Jigme Singye Wangchuck, un joven que con tan solo 18 años, fue coronado cuarto rey de Bután y se convirtió en el monarca más joven del mundo.
En su primer discurso portando sus envestiduras expresó: “La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto”.
Desde entonces, dicho concepto butanés que, adopta el modo de medir el progreso no basado estrictamente en el flujo de dinero, ha guiado al accionar cotidiano de los ciudadanos y funcionarios políticos del reinado.
En este sentido, defienden que el verdadero desarrollo de una sociedad, tiene lugar cuando los avances en lo material y en lo espiritual se complementan y se refuerzan uno a otro.
La filosofía de la Felicidad Interna Bruta – FIB – se sostiene sobre cuatro pilares, que deben inspirar cada política del Gobierno; como un desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo; la preservación y promoción de la cultura; la conservación del medio ambiente; y por último, el buen gobierno.
El reinado inserto en medio de India y China, dos estados asiáticos en vías de desarrollo con mayor población, se diferencia por no aplicar sus esfuerzos exclusivamente en el progreso económico.
En este sentido, en 2007 Bután se convirtió en la segunda economía que más rápido creció en el mundo, y pese al atraso de infraestructura y en telecomunicaciones, el país cuenta con óptimo niveles de educación, gratuita y en inglés.
Con el fin de profundizar la filosofía en la práctica, Wangchuck creó en 2008 una nueva estructura institucional conformada por una comisión nacional de FIB y una serie de comités a nivel local. (EA)
Agencia MTR