La Escarapela es el símbolo que caracteriza a la Gesta de Mayo, ya que aquellos que la lucían mostraban su idea por la libertad.
Es uno de los símbolos nacionales de nuestro país, que une a sus habitantes en toda su extensión territorial, pero sobre todo, como sinónimo de hermandad y unidad en objetivos y finalidades. Fue instituida por un decreto del 18 de mayo 1812 del Primer Triunvirato, quien determinó que sea de “color blanco y azul celeste”.
Esa es la razón por la cuál hoy es el “Día de la Escarapela”.
El origen de los colores y las razones por las que fueron elegidos para simbolizar a la Patria no pueden establecerse con precisión.
Una versión dice que los tonos provenían de los colores borbónicos – blanco y azul celeste – , de la casa de Fernando VII, Rey de España. Esta versión tiene en cuenta que algunos sectores que apoyaban la creación de la Primera Junta, lo hacían como una forma de gobernar en nombre del rey depuesto, y mostrar así su rechazo a la invasión de napoleón a España.
Se afirma también que los colores blanco y celeste fueron adoptados por primera vez durante las Invasiones Inglesas – 1806 y 1807- por los Patricios, el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata y que luego empezaron a popularizarse entre los nativos, también como apoyo y lealtad al Rey de España y rechazo a la pretendida dominación Inglesa . Se dice también que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, el 19 de mayo de 1810, señalando se adhesión a la Corona de España.
Durante las jornadas del 22 y 25 de mayo de 1810 se sabe que los “chisperos” o patriotas identificaban a los adherentes a la Revolución de Mayo otorgándoles unos cintillos, un manuscrito anónimo que cita el historiador Marfany expresa que el lunes 21 de mayo de 1810, los patriotas se identificaban con cintillos blancos en sus casacas y sombreros; y , en sus Memorias Curiosas, Juan Manuel Beruti comenta el uso de un cintillo blanco en la casaca y en el sombrero una escarapela encarnada acompañada con un ramo de olivo a modo de penacho. Está documentado que cuando llegó a Mendoza -a mediados de junio de 1810- la noticia del nuevo gobierno, sus partidarios usaron cintas blancas en sus vestimentas, de esto fue testigo el funcionario español Faustino Ansay que para entonces residía en la ciudad de Mendoza.
Una misiva atribuida a Ramón Manuel de Pazos dice que el 21 de mayo de 1810 Domingo French y Antonio Luis Berutti repartían tales cintas blancas como signo de paz y unión entre los patriotas y los partidarios de España pero que ante la hostilidad de los segundos, el 30 de mayo comenzaron a repartirse cintas rojas como signo “jacoobino”, ambos colores fueron entonces los adoptados por el cabildo de Tarija al sumarse a la Revolución de Mayo.
En su historia, Bartolomé Mitre dice que French y Beruti “Entraron en una de las tiendas de la Recova y tomaron varias piezas de cintas blancas y celestes. Así hicieron un piquete con orden de dejar entrar solo a los patriotas y hacerles poner el distintivo”. De lo comentado mucho más tarde por Mitre es indiscutible -por varios testimonios- que en efecto los “chisperos” habían establecido piquetes en torno a las plazas de La Victoria y La Plaza Mayor (ambas hoy reunidas en la Plaza de Mayo) y que estos identificaban con cintillos a los participantes del movimiento.
Es más, consta en la historia que en marzo de 1811 la Sociedad Patriótica, creada por los allegados a Mariano Moreno, usaban cintillos blancos y azul-celestes.
Cualquiera sea su origen, hoy es el símbolo de unidad y hermandad, aceptado e indiscutible.
Agencia MTR