Hubo que esperar un día. Todo se anunció el lunes, Día del Trasplante de Médula ósea como símbolo que Dios está presente, también en Nueve de Julio, que Tamara Martinelli iba a ser trasplantada el jueves 3. La intervención era de Médula Ósea. Desde temprana edad esta adolescente de 17 años, vive en sanatorios, hospitales y consultas médicas. Su salud, por leucemia la llevó por ese camino.
Cuando se determinó que este tipo de trasplantes eran lo adecuado, para salvar a una vida con fecha de vencimiento, entró en la lista de espera. Ella con fe, una sonrisa y buen ánimo aceptaba los retos. Los padres con lo mejor de ellos, acompañando y facilitando lo que la ciencia indicaba. Así se movilizaron hasta que llegó el día más esperanzador de todo el recorrido realizado. Ese plazo, curiosamente vencía hoy. Nada mejor que el viejo refrán “Dios aprieta pero no ahorca”. Se pudo!.
En el Hospital Italiano de La Plata, terminó pasado este medio día la labor médica-científica.
Ahora, Tamara descansa con cuidados intensivos, y comienza otra etapa. Es la que señalarán los profesionales, encabezados por la Dra. Fernanda Cuello, del equipo de Trasplantes de Médula Ósea del Hospital Italiano de La Plata, médica de cabecera de la estudiante del 5° año del secundario cuyos compañeros a las 14 hs. comienzan a “hacerle el aguante” con una jornada de reflexión, oración comprensión y estima.
Para Tamara y su familia se cerraron días incertidumbre y angustias. Nace tiempo un esperanzador… también de cumplimiento estricto de las pautas hospitalarias y pos intervención.
Los antecedentes de los profesionales señalan que en 1993, Jorge Milone y Víctor Morales pusieron su carrera al servicio de una idea pionera: formar un equipo profesional para realizar en La Plata trasplantes de médula ósea, una operación de alta complejidad inédita en la Provincia. Introdujeron tecnología que aprendieron en Israel y, de allí en adelante, su equipo se convirtió en referente a nivel nacional. Veinte años después, la medicina sigue siendo su pasión las 24 horas y ninguno de los dos puede despegarse de su mayor logro: continúan, uno al frente de esa unidad en el Hospital Italiano y el otro, casi retirado, investigando sobre células madre en el Incucai. Ambos, en todo momento junto a la Dra. Fernanda Cuello, estuvieron y están al lado de Tamara y su familia.
Las oraciones por la adolescente no cesan. Ahora que conocen antecedentes de los profesionales, muchos los incluirán en sus rezos. También a la ciencia hay que acompañarla.
Agencia MTR