jueves, abril 25, 2024
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Uso del espacio público

Desde el momento mismo que salimos de nuestras casas, por el solo hecho de poner el pie en la vereda, caemos en lo que se denomina “espacio público”Gustavo Tinetti Despertate

Se designa así al lugar donde cualquier persona tiene el derecho de circular. Es un ámbito de propiedad pública, al que llamamos de dominio y uso público. Todos tenemos derechos a usarlo, pero con limitaciones. Ya veremos, toda vez  que se deben satisfacer las necesidades urbanas de todos, o colectivas, que trascienden los límites de los intereses individuales o particulares.

En cambio, en los espacios privados, el paso puede ser restringido, generalmente por criterios de propiedad privada, reserva gubernamental u otros motivos fundados.

En el aspecto legal, puede decirse que el espacio público moderno proviene de la separación formal entre la propiedad privada urbana y la propiedad pública.

Hay una creencia generalizada que por el hecho de ser público un espacio, cada uno puede hacer lo que le vienen en gana sin límites. Quienes así piensan están equivocados. Por respeto a uno mismo, al entrono, a la salud pública, al derecho a su disponibilidad por todos, es que tienen disposiciones que lo reglamentan para que la colectividad  pueda usarlo.

Esa gama de reglamentaciones específicas, dan alcance a la vida urbana, de donde surge el trasporte, las actividades culturales, a veces comerciales, los paseos, y demás.

Y es el Estado, en sus expresiones, Nación, Provincia y Municipio, quien garantiza su accesibilidad   a todos los ciudadanos y fija las condiciones de su utilización y de instalación de actividades.

Aquellos que piensan que por ser público el espacio pueden hacer lo que le vienen en gana, empiezan a observar que no es así, y hay límites. No hay derechos absolutos, todos son relativos, máxime en una sociedad cambiante y transformadora. De esos derechos también surgen obligaciones. Estas son las que la generalidad no quiere reconocer o aceptar y aparecen las trasgresiones o desfasajes a esas demarcaciones.

En cuanto al uso, el espacio público es el escenario de la interacción social, cotidiana, y cumple funciones materiales y tangibles: es el soporte físico de las actividades cuyo fin es satisfacer las necesidades urbanas colectivas que trascienden los límites de los intereses individuales.

Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, rasgo que lo hace ser un elemento de convergencia entre la dimensión legal y la de uso. Sin embargo, la dinámica propia de la ciudad y los comportamientos de sus gentes pueden crear espacios públicos que jurídicamente no lo son, o que no estaban previstos como tales, abiertos o cerrados, por ejemplo espacios residuales o abandonados que espontáneamente pueden ser usados como públicos. Existen también espacios de propiedad privada pero de uso público como los centros comerciales que son espacios privados con apariencia de espacio público.

El espacio público tiene además una dimensión social, cultural y política. Es un lugar de relación y de identificación, de manifestaciones políticas, de contacto entre la gente, de vida urbana y de expresión comunitaria. En este sentido, la calidad del espacio público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita, por su capacidad de acoger y mezclar distintos grupos y comportamientos, y por su capacidad de estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración cultural.

El espacio público , alcanza también al de dominio público, uso social colectivo y diversidad de actividades, características entre las que existe gran cantidad de posibilidades hasta llegar al extremo del espacio virtual en Internet, que se configura actualmente como un espacio público no físico pero de gran importancia.

El espacio público abarca, por regla general, las vías de circulación como las calles, plazas, caminos, carreteras, parques, edificios públicos, estaciones de trenes, escuelas hospitales y demás, cuyo suelo es de propiedad pública.

Se caracteriza físicamente por su rápida accesibilidad, ya que abrimos la puerta de nuestras casas e ingresamos en ese ámbito común a todos, donde debemos respeto y consideración.

Sin embargo, la dinámica propia de la ciudad y los comportamientos de sus gentes pueden crear espacios públicos que jurídicamente no lo son, o que no estaban previstos como tales, abiertos o cerrados, por ejemplo espacios residuales o abandonados que espontáneamente pueden ser usados como públicos. En algunos casos con autorización de su propietario. Nueve de julio vivió un ejemplo durante muchos años. Fue en la esquina de Avda Mitre y Libertad. Después que un incendio devoró al edificio donde funcionaba el Banco de la Nación Argentina, se había conformado una plaza seca, de esparcimiento y recreación. Hoy luce un agradable edificio con un servicio de interés público, y que usa un espacio público – permitido – para recreación y buen pasar de sus asistentes, con mesas y sillas en la vereda.

Al respecto, el Partido de Nueve de Julio tiene Ordenanzas que regulan esta convivencia en el Espacio común a todos. La conducta constante e idiosincrasia de poco apego a cumplir con las normas, a impactado recientemente, ante la clausura de un local que no usaba el espacio público. Lo había usurpado, instalando allí su mercadería ocupando amplias extensiones de vereda.

La media ha movilizado a comerciantes que “usurpan” esos espacios a la retirada y a muchos vecinos a exigir que “la ley sea pareja para todos”.

Cuando hablamos de usurpación es por ausencia de autorización para ello, la que nace de Ordenanza fundada. Con el tránsito de esos espacios, ya sea el caminar en las veredas o los vehículos en las calles, se usa, es decir, dispone, transitoriamente del mismo. En cambio cuando se “establece” sin autorización, de manera constante y permanente, se usurpa. Se apoderan de un derecho ajeno y lo tomas como propio. Lo hacen vendedores de autos, verdulerías, comercios y particulares, demarcando estacionamientos frente a sus casas o negocios como propios.

Esta breve explicación es a los fines de la toma de conciencia que los espacios públicos deben ser respetados y no usados en beneficio propio en perjuicio del resto de los habitantes, que también tienen derecho a su uso.

Es de esperar que la reciente conducta oficial aplicando la normativa, no se constituya en un caso aislado, ya que hay mucho por corregir. Que los vecinos tengan en cuenta el respeto y los límites, por una ciudad para todos.

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