La gripe o influenza es una enfermedad respiratoria contagiosa que afecta la nariz, la garganta y los pulmones, y que puede causar complicaciones graves, requerir hospitalización e incluso provocar la muerte.
La neumonía y la bronquitis son ejemplos de complicaciones graves relacionadas con la influenza. Esta también puede descompensar a quienes sufren ciertas afecciones como la diabetes, el asma y las enfermedades cardíacas o pulmonares.
Basta con que una persona con gripe o con otro virus respiratorio tosa, hable o estornude sin cubrirse la boca y la nariz para contagiar a otra persona. Las gotitas que se expelen al toser, hablar o estornudar contienen el virus y quedan en las superficies varias horas. Aquel que toma contacto con éstas tiene altas posibilidades de enfermarse.
Vacunación antigripal
La OMS convoca todos los años a un grupo de expertos internacionales para que en los meses de febrero y septiembre emitan las recomendaciones de la vacuna antigripal para el hemisferio norte y sur respectivamente. Desde octubre de 2012 a enero 2013 se ha reportado un incremento en la circulación de Influenza en EE.UU en relación al año anterior. La cepa Influenza predominante fue la A (H3N2) luego la B y en menor proporción la A(H1N1).
Gracias a las masivas campañas puestas en marcha en marzo 2013 el Centro de Control de Enfermedades infecciosas de EE.UU (CDC) informó una disminución en el número de personas infectadas.
Tipos de vacunas
Virus vivos atenuados: de buena respuesta inmunológica. Puede administrarse por vía intranasal generando inmunidad a nivel de mucosas. Es una vacuna segura y efectiva de fácil administración autorizada en el 2000 por la FOOD AND DRUG ADMINISTRATION (FDA) de los EE.UU. Aun no disponible en el país.
Virus inactivados: se producen a partir de las 3 cepas de virus gripal fraccionado- inactivado y purificado. Actualmente es el tipo de vacuna utilizada. Se aplica por vía intramuscular.
La vacuna antigripal está indicada en los siguientes grupos: Todos los niños entre 6 y 24 meses de edad; Todos los adultos de 65 años de edad o mayores; Todas las embarazadas independientemente del tiempo de gestación; Las mujeres puérperas dentro de los 6 meses del puerperio si no fueron vacunadas en ese embarazo; Todos los trabajadores de salud; Niños y adultos entre 2 y 64 años que presenten alguno de estos factores: Enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, infección por HIV, desnutrición grave, pacientes oncohematológicos y trasplantados.
Otros grupos: Obesos, diabéticos, personas con insuficiencia renal crónica en diálisis o con expectativas.
La vacuna antigripal se debe administrar anualmente en todos los grupos que tiene indicación o en aquellas personas que, sin pertenecer a estos grupos, deseen evitar padecer la enfermedad.
A partir de la aplicación de la vacuna el nivel de anticuerpos llega a su máxima protección hacia la segunda semana y permanece en ese nivel durante un año. Como efecto adverso se puede dar en un tercio de los vacunados dolor local – fiebre- decaimiento entre las 12 y 72 horas después de la aplicación.
La vacuna presenta una eficacia del 70-90 por ciento para prevenir enfermedad no complicada en menores de 65 años, a su vez es efectiva para prevenir entre el 30 y el 70 por ciento de los casos de internación por neumonía en mayores de 65 años y prevenir el 80 por ciento de las muertes en ancianos.
Además, existen medidas generales tales como lavarse las manos frecuentemente con abundante agua y jabón, o desinfectarse con alcohol en gel, y evitar tocarse la boca, la nariz y los ojos.
En caso de necesitar toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo descartable y desecharlo inmediatamente. Luego lavarse las manos o higienizar con alcohol en gel.