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La incertidumbre frena al agro: caen la inversión y las expectativas de crecimiento

El índice de confianza según un estudio de la Universidad Austral, bajó un 5% en mayo-junio y la mirada a futuro se desplomó un 19% siendo las expectativas de inversión en su punto más bajo desde 2024, donde el productor posterga decisiones clave ante la falta de previsibilidad política y económica

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La confianza del productor agropecuario volvió a mostrar signos de deterioro. Según el relevamiento del Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, en mayo-junio de 2025 el índice general cayó un 5% respecto a marzo, al descender de 137 a 130 puntos. Aunque el indicador se mantiene en terreno positivo, se confirma una tendencia de altibajos que refleja la incertidumbre que atraviesa al sector desde fines de 2024.

Lo más preocupante, según el informe, es la fuerte baja del Índice de Expectativas Futuras, que cayó de 163 a 151 puntos, lo que representa una retracción del 19% en la confianza sobre el desempeño del agro en los próximos 12 meses.

“Lo más preocupante de esta medición es el deterioro en la mirada a futuro. La confianza sobre la situación del sector en los próximos 12 meses cayó un 19%, pasando de 132 en marzo a 107 en mayo-junio”, afirmó Carlos Steiger, director del Ag Barometer Austral.

También se observó un retroceso en el Índice de Condiciones Presentes, que descendió de 100 a 94 puntos, ingresando en terreno negativo. El golpe más fuerte se lo llevó el Índice de Expectativas de Inversión, que cayó un 8,5% en relación a marzo y acumula una baja del 32,5% desde noviembre de 2024.

Hoy, con ese índice en apenas 75 puntos, el 63% de los productores considera que no es un buen momento para invertir, frente al 59% que opinaba lo mismo en la medición anterior.

“El productor necesita rentabilidad, pero también reglas de juego claras y estables por al menos cinco años para decidir inversiones a largo plazo. Hoy ese escenario no está”, explicó Steiger. “En la coyuntura actual, marcada por la incertidumbre política y económica, las decisiones de inversión en activos fijos como maquinaria quedan postergadas”.

Las causas detrás de la caída

El informe identifica múltiples factores que explican la retracción en la confianza. A nivel internacional, persisten las tensiones bélicas en Medio Oriente y las políticas erráticas del presidente estadounidense Donald Trump, que impactan en el comercio global y generan un clima de volatilidad.

En lo local, los precios internacionales de granos siguen deprimidos y las retenciones en soja y maíz siguen vigentes, afectando la competitividad frente a países competidores. A esto se suma el deterioro de la infraestructura, altos costos logísticos, inflación en dólares y tasas de interés reales elevadas en pesos.

“La productividad y la capacidad de innovar son lo que sigue sosteniendo al productor argentino en un entorno adverso. Pero hay señales preocupantes, sobre todo para quienes alquilan tierras y tienen márgenes más ajustados”, advirtió Steiger.

Ganadería: ¿una excepción en medio del pesimismo?

Una nota positiva dentro del informe es la situación del sector ganadero. Los precios internacionales de la carne vacuna, que alcanzaron en mayo sus niveles más altos en años según la FAO, mejoraron los precios de exportación en Argentina, compensando la caída en volúmenes exportados.

Este escenario genera expectativas favorables y podría impulsar procesos de retención de vientres e inversión ganadera, aunque aún no se reflejan de forma clara.

“El stock ganadero actual ronda los 52 millones de cabezas, por debajo del pico de 60 millones de 2007. Aumentar esa cifra es clave para atender la demanda interna y responder al mercado exportador”, señaló Steiger.

Retenciones: una baja con efecto limitado

Otro aspecto analizado fue la reacción frente a la baja temporal de las retenciones, que vencía el 30 de junio. En un principio, solo un 28% de los productores anticipó ventas. Sin embargo, hacia fines de junio, el 72% ya daba por descontado que la medida no se extendería, lo que generó una aceleración en las ventas.

“Aunque la baja temporal mejoró la rentabilidad en el corto plazo, la falta de señales claras sobre su continuidad hizo que muchos productores esperaran hasta el último momento. La confianza en la política agrícola sigue siendo limitada”, concluyó Steiger.

Trigo y alquileres: sin grandes cambios

Pese al contexto adverso, el 86% de los productores mantuvo su plan de siembra de trigo para la campaña 2025/26, y el 71% consideró que los precios actuales no afectan sustancialmente su decisión. En cuanto a los arrendamientos, también predominó la estabilidad: el 71% reportó que no hubo cambios respecto al ciclo anterior.

La conclusión del Ag Barometer Austral es clara: el agro argentino sigue apostando al mediano plazo, pero sin señales firmes de previsibilidad, la inversión se retrae y la confianza cae, en un contexto que combina incertidumbre económica, falta de políticas claras y márgenes cada vez más ajustados.

Informe-AgBarometer-May-25

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