sábado, mayo 10, 2025
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Julieta Buvier y Andrea Martínez: Embajadoras nuevejulienses del pádel argentino que conquistaron Panamá

Las deportistas se consagraron campeonas en un prestigioso torneo internacional en ese país y más allá del triunfo, llevaron con orgullo la bandera argentina y el espíritu nuevejuliense

Julieta Bubier y Andrea Martínez: el pádel como pasión, lucha y bandera argentina en Panamá

El deporte no solo forja atletas: crea embajadoras de valores, compromiso y esfuerzo. Julieta Bubier y Andrea Martínez, dos jugadoras oriundas de 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, lograron un hecho histórico al consagrarse campeonas en un torneo internacional de pádel celebrado en Panamá. En representación de Argentina —y con el corazón puesto en su ciudad natal— alcanzaron la gloria con una historia que mezcla compañerismo, sacrificio y amor por este deporte.

La competencia fue parte de un torneo interclubes que reunió a parejas de Chile, Colombia, Costa Rica, el anfitrión Panamá, y otras naciones latinoamericanas. Aunque no representaban formalmente a un club, sí llevaron los colores de su país y su ciudad, convirtiéndose en auténticas embajadoras del deporte argentino.

“Nosotras empezamos jugando torneos locales. Lo más lejos que habíamos ido era Necochea. Esto de viajar a Panamá surgió casi como un sueño entre amigas”, contaron emocionadas.

El camino no fue fácil. La dupla se formó luego de que ambas dejaran atrás a sus compañeras originales por distintos motivos personales. Pasaron de ser rivales a compañeras, y esa química se reflejó en cada punto del torneo.

El largo camino hacia el podio

En Panamá, cada partido fue una batalla. Bubier jugó por el lado izquierdo y Martínez por el derecho, complementándose en estrategia y espíritu. Junto a otras jugadoras de 9 de Julio, como Gina y Virginia —quienes también compitieron y alcanzaron los cuartos de final tras un durísimo partido de más de dos horas y media—, mostraron el nivel creciente del pádel femenino en el interior bonaerense.

Los partidos exigieron físico, táctica y templanza. La final fue una síntesis de todo lo que construyeron en los últimos años. La recompensa: el trofeo de campeonas, una importante suma en dólares, indumentaria deportiva, mochilas y un reconocimiento que trasciende el resultado.

Detrás del triunfo: esfuerzo comunitario y pasión

El logro no fue solo deportivo. Fue también colectivo. “La comunidad de 9 de Julio nos ayudó muchísimo. Organizamos rifas, recibimos el apoyo de empresas locales, amigos y familiares”, agradecieron ambas jugadoras.

Julieta es enfermera en el Hospital Julio de Vedia desde hace más de una década y también trabaja en una cancha de pádel. Andrea, por su parte, es docente en una escuela y un jardín de la localidad de French. Ambas combinan sus profesiones con el entrenamiento y la competencia, demostrando que el alto rendimiento no está reservado solo a los atletas profesionales.

La historia continúa

Con el título en sus palmarés, las puertas comienzan a abrirse: invitaciones a torneos en Costa Rica y Colombia ya están sobre la mesa. Sin embargo, con los pies en la tierra, saben que esos sueños requieren planificación, apoyo y esfuerzo económico. Por lo pronto, ya piensan en los próximos desafíos locales y zonales.

“El pádel es un deporte que une generaciones. Vemos jugar a niños de 7 años y a adultos mayores. Eso es lo que más nos enamora”, dijeron convencidas.

Julieta, que también juega al hockey en Atlético 9 de Julio, y Andrea, que regresó al pádel después de 25 años, son el ejemplo de que nunca es tarde para volver, para intentar, para ganar.

Hoy, su historia inspira a toda una comunidad. Y el trofeo —que prometen mostrar en su próxima entrevista— no es más que el símbolo visible de un camino forjado con pasión.

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