La Subcomisaria de Dudignac reúne todos los requisitos y medidas de seguridad pertinentes para el alojamiento de siete detenidos conforme el diseño inicial que le dio origen.
Ese centro de detención nace a instancias de su ex-convecino, por entonces Ministro de Seguridad y Justica, Ricardo Casal, quien vivió allí hasta su radicación en La Plata.
Es el único centro de detención con que cuenta la Departamental de Pehuajó, más nuevo, junto a un acomodamiento que tuviera el calabozo de French, para recibir por poco tiempo a mujeres, y las celdas de la Estación de Carlos Tejedor o Daireaux, solo para casos de abusos sexuales.
La Subcomisaria de Dudignac se conformó para alojar a siete detenidos y siempre en forma transitaría hasta que la justicia de Mercedes, disponga otro destino.
La construcción que se hizo para siete personas fue teniendo presente el principio constitucional que “las cáceles deben limpias y sanas para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice”.
De siete al momento de este informe hay 11 más, y hace pocos días había 21, es decir por cada espacio concebido para uno, había dos más, con lo que ello implica en salubridad, hacinamiento y lo que significa la convivencia en espacios que se hacen muy reducidos.
Esa superpoblación, preocupa a los vecinos de la localidad a medida que se informan, ya que para atender las necesidades de seguridad de toda la localidad hay seis agentes. Además de cubrir la custodia bancaria, tienen que atender las guardias durante las 24 horas, las necesidades de los aprehendidos, el aumento de personas que llegan los días de visitas a los internos, con sus controes, los accidentes en la Ruta Provincial 65 y todo lo que hace a la Policía en una localidad y su zona de influencia.
Esos alojados movilizan de manera constante, además de familiares, a amigos y allegados que se presentan para saber por cada uno de ellos. Es decir, hay un movimiento en la localidad, de personas extrañas, que va más allá de la rutina diaria de la propia población, y ello hace a la seguridad de la localidad con poco personal.
Las quejas son más silenciosas que de viva voz, por que se lo hacen saber a la Delegada Municipal, Marcela Vitale, que las canaliza en la sede comunal.
La problemática no es de ahora, ocurre que al enterarse de esa superpoblación, donde tres conviven en el espacio construido para uno, hacen saber su malestar, sabiendo que las decisiones para modificar esa situación no dependen de las autoridades locales ni distritales.
Agencia MTR