El número 23 tiene gran importancia en numerología. Es el primer número primo compuesto por dos números consecutivos, el 2 y el 3. Al sumar ambos se obtiene el número 5, también primo, que simboliza vitalidad y libertad.
El alfabeto latino tiene 23 letras. 23 es el número de cromosomas presentes en los espermatozoides y el óvulo.
La hora antes de la medianoche, la hora 23 del día, es propicia para meditar y realizar tareas que requieran creatividad, mientras que no es recomendable emprender tareas para las que sea necesaria una gran concentración. El dinamismo que encierra el número 23 puede interferir con esto último de forma negativa.
Afecta de manera positiva en actividades dinámicas como el deporte y tiene influencia en la oratoria, el carisma, las artes escénicas y trabajos en grupo o equipo.
Además, brinda la capacidad de adaptarse y cambiar hacia grandes transformaciones. Aporta en los grupos energía socialmente popular.
El espíritu de cambio es la esencia del número 23.
De su resultante surge el 5 que tiene, igualmente, un sentido mágico y especial. Las personas bajo esa cifra resultan siempre de gran empatía y compenetración con su pareja y siempre trabajan por la unión y la felicidad en el amor.
El número 23 en lo espiritual está relacionado con todo lo que son los nuevos tiempos, los cambios en la vida, las nuevas oportunidades y lo sentimental, lo emocional.
La suma de los 4 números del año, da 7.
Desde la antigüedad, este dígito encerró un halo de misterio.
Para Pitágoras era el número perfecto, Alighieri lo usaba en sus obras y la Biblia lo menciona con frecuencia.
Se habla de las siete maravillas, de los siete pecados capitales.
Este numero tiene poder en sí misma. En la antigüedad Hipócrates señalaba sus virtudes ocultas, ya tiende a realizar todas las cosas; es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la Luna cambia de fase cada siete días: este número influye en todos los seres sublimes.
Los días de la semana son 7.
A la simbología del 7 pertenecen, por supuesto, los grupos de los siete elementos como los siete mares del mundo, las botas de las siete leguas y los siete enanitos.
En la Edad Media se conocían siete formas de arte y, desde el inicio de la humanidad, conocemos los siete milagros del mundo. Las siete columnas sobre las que se edificó Roma pertenecen al mismo tipo de simbología que las siete columnas sobre las que se construyó el Templo de la sabiduría de Salomón.
De acuerdo a Cornelio Agrippa, los siete ángeles que asisten ante la faz de Dios son:
-Para el Sol, el ángel de la Luz , Miguel.
-Para la Luna, el ángel de las aspiraciones y de los sueños, Gabriel.
-Para Mercurio, el ángel civilizador, Rafael.
-Para Venus: el ángel del amor, Anael.
-Para Marte, ángel exterminador, Samahel.
-Para Júpiter, el ángel dominador, Zadkiel.
-Para Saturno, el ángel de la solicitud, Zaphkiel.
Se podrían hacer más consideraciones sobre el numero siete.
Lo cierto es que por la transformación que inaugura, posee en sí mismo un poder: es un número mágico.
A vivir y disfrutar de un año, de augurios, para la numerología. Cada uno lo encauce y viva con esplendor!
Agencia MTR