Este lunes, Despertate por Cadena Nueve y Máxima 89.9 abrió el aire con la presencia de Silvio Balbo, quien habló desde Beruti, localidad donde vive desde hace cuatro años. Apasionado productor de miel y referente de la educación técnica en la región, Balbo compartió una conversación rica en experiencias, emociones y reflexiones sobre el presente y futuro de la apicultura en Argentina.
Silvio no ocultó su emoción al recordar los 75 años de la Escuela Técnica Nº 2, institución que marcó su vida desde que ingresó como alumno a los 13 años, pasando por ser docente, hasta jubilarse como director. “Cuando entrás a la técnica sentís esa energía que te renueva. Fue una etapa inolvidable, trabajar con los chicos codo a codo fue una gran experiencia”, expresó.
Una pasión con aguijón y miel
Ya en otro plano, Balbo habló de su otra gran pasión: la apicultura. Comenzó en los años 90 con apenas cinco colmenas y hoy sigue vinculado a esta actividad que, además de económica, considera una responsabilidad ambiental: “La abeja es fundamental en el ecosistema. Participa en la polinización de más de 75 productos que consumimos. Detrás de cada colmena hay mucho más que miel”.
Explicó también cómo, a pesar de los avances técnicos, la producción se concentra cada vez en menos tiempo: “Entre diciembre y febrero es la época fuerte. Pero sin lluvias, se pierden ciclos florales clave y eso impacta en la cosecha”. Afortunadamente, su zona ha sido favorecida por las últimas lluvias y las lagunas encadenadas se están recuperando, regulando la humedad ambiental clave para la flora y la abeja.
Una actividad en crisis
Con cifras claras, Balbo planteó una realidad económica adversa para el sector: “En septiembre de 2023 la miel se pagaba $1500 el kilo y el gasoil costaba $352. Hoy la miel está a $2000 y el gasoil vale cinco veces más”. La cuenta no cierra y, según lamentó, cada vez hay menos jóvenes interesados en iniciarse en la apicultura.
“No se ve reflejado en el precio interno el aumento del dólar oficial con el que se exporta la miel. Esto desalienta al nuevo productor. Armar una colmena es muy costoso. Por eso impulsamos desde Beruti un proyecto con la escuela agrotécnica local para incentivar a los estudiantes”, comentó esperanzado.
Mirar la colmena y aprender
Silvio cerró con una reflexión: “Cada vez que abro una colmena veo organización, cooperación, eficiencia. Los seres humanos tenemos mucho que aprender de las abejas. En vez de competir y dividirnos, podríamos construir más desde el trabajo colectivo”.
Así, entre lágrimas de emoción por su paso por la educación y el zumbido constante de su compromiso con la naturaleza, Silvio Balbo dejó en claro que su vocación sigue firme: formar, producir y cuidar. Como las abejas, sin pausa, pero con propósito.
LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD.
BALBO deja claro que los números económicos NO CIERRAN.
Si blanquear tu actividad, como debe ser, quedas DEBIENDO.
LO BUENO RESULTA : DEJEMOS DE MENTIR CON LA APICULTURA.