martes, junio 24, 2025
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La Iglesia advierte: “Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”

En el marco de la Jornada Mundial contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Iglesia argentina renovó su compromiso frente al flagelo del consumo y el narcotráfico, alertando sobre la ausencia estatal en los barrios más vulnerables y reclamando mayor apoyo para las organizaciones que trabajan con jóvenes en riesgo.

En vísperas del 26 de junio, fecha designada por la ONU como la Jornada Mundial contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difundió un fuerte mensaje titulado “Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”, donde advierte sobre el creciente poder de los narcos en los barrios más postergados ante la retirada del Estado.

El documento, firmado por los miembros de la Comisión Ejecutiva de la CEA —monseñor Marcelo Colombo (presidente), el cardenal Ángel Rossi SJ (vicepresidente primero), monseñor Daniel Fernández (vicepresidente segundo) y monseñor Raúl Pizarro (secretario general)—, denuncia que el narcotráfico “ocupa el lugar vacío” dejado por el Estado, y ofrece a los jóvenes “una vida corta pero aparentemente mejor, a cambio de su dignidad, su libertad y, muchas veces, su vida”.

“La droga mata por dentro, apaga la esperanza y corta proyectos”, señala el comunicado. Y resalta que esta realidad afecta principalmente a jóvenes en situación de extrema pobreza, a quienes la Iglesia acompaña desde hace años a través de parroquias, Hogares de Cristo, centros barriales y otras obras eclesiales y sociales.

Los obispos subrayan que la prevención y la educación son pilares irremplazables en la lucha contra las adicciones, y reclaman que las autoridades de todos los niveles de gobierno reconozcan, sostengan y financien el trabajo territorial que se realiza, muchas veces de manera silenciosa y sin recursos adecuados.

“Desfinanciar estas obras, demorar la ayuda o relegarlas a la buena voluntad de voluntarios agotados, es una forma indirecta de condenar a muchos a la muerte”, advierte el texto. “Sin el compromiso económico del Estado, esta ardua tarea no se sostiene”.

Asimismo, el mensaje de la Iglesia insta a no naturalizar la problemática del consumo, a escuchar el clamor de quienes luchan por salir y a ver el dolor de las familias destruidas por el flagelo.

El comunicado cierra con un mensaje de esperanza dirigido a quienes sufren la drogadependencia:

“No están solos. No nos resignamos a perderlos. Creemos en la fuerza transformadora del amor, del encuentro y de la comunidad. Pidan ayuda. No dejen de llamar a la puerta de todos cuantos queremos ayudarlos”.

Con este mensaje, la Iglesia reafirma su rol activo en los sectores más vulnerables y llama al Estado a no abandonar su responsabilidad frente a una problemática que, de no ser enfrentada con decisión y recursos, seguirá cobrándose la vida y la dignidad de miles de jóvenes.

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