Este jueves 8 de mayo, el calendario litúrgico católico celebra una de las devociones más arraigadas en el corazón del pueblo argentino: el día de Nuestra Señora de Luján, patrona de la República Argentina, del transporte y de las rutas. La conmemoración moviliza cada año a miles de fieles hacia el emblemático santuario ubicado en la ciudad de Luján, en la provincia de Buenos Aires, en una manifestación que fusiona fe, cultura e identidad nacional.
Este jueves a las 14,30 habrá una Misa y procesión en la parroquia que lleva su nombre en Avda Eva Perón al 2.000.
La historia de la Virgen de Luján tiene sus orígenes en 1630, cuando una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción fue traída desde Brasil con destino a Santiago del Estero.
Sin embargo, al llegar a la zona del río Luján, los bueyes que tiraban del carro se detuvieron de forma inexplicable y solo reanudaron la marcha una vez que la imagen fue bajada.
Para los testigos del hecho, fue una señal divina: la Virgen deseaba permanecer en ese lugar. Desde entonces, la imagen se convirtió en objeto de veneración y milagros atribuidos a su intercesión comenzaron a multiplicarse, consolidando una devoción que atravesó siglos.
En 1887, el papa León XIII proclamó oficialmente a Nuestra Señora de Luján como patrona de la Argentina.
Su santuario, cuya construcción comenzó a fines del siglo XIX y fue inaugurado en 1910, es actualmente uno de los centros de peregrinación más importantes de América Latina.
La festividad de este 8 de mayo incluye una intensa agenda de misas, actos litúrgicos, procesiones y expresiones de fe popular. En distintas regiones del país —especialmente en zonas rurales o del interior— la celebración adquiere un carácter comunitario, con festivales, encuentros y manifestaciones que trascienden lo religioso y refuerzan las raíces culturales de cada localidad.
Además de la Virgen de Luján, el santoral católico del día recuerda también a otras figuras relevantes como San Bonifacio IV, papa del siglo VII que consagró el Panteón de Roma como templo cristiano; San Víctor de Milán, mártir de las persecuciones romanas; y San Desiderato de Bourges, obispo francés del siglo VI conocido por su labor pastoral y social.
La celebración de Nuestra Señora de Luján no solo es una cita religiosa: es, sobre todo, una reafirmación colectiva de la fe, la esperanza y la pertenencia de un pueblo que encuentra en la Virgen un símbolo protector y u