El 15 de junio es el Día del Libro en Argentina, una fecha significativa que celebra el valor cultural y educativo del libro como “registro imperecedero del pensamiento y de la vida de los individuos y las sociedades”, según el decreto presidencial de 1924. Originalmente conocido como la “Fiesta del Libro”, el nombre se cambió oficialmente a “Día del Libro” en 1941 por una resolución del Ministerio de Educación.
El origen de esta celebración se remonta a 1908, cuando se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres, marcando así el inicio de un festejo anual en Argentina. Desde entonces, el país ha continuado reconociendo la importancia del libro como una herramienta fundamental para la transmisión de conocimiento y cultura a lo largo de la historia humana.
Además, junio en Argentina también es un mes dedicado a celebrar el Día del Escritor y la Escritora, en honor a figuras destacadas como Leopoldo Lugones, primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, nacido el 13 de junio de 1874.
El impacto del libro va más allá de sus formas físicas tradicionales, abarcando ahora también formatos digitales. Programas como “Libros y Casas”, iniciativa del Ministerio de Cultura argentino desde 2007, han promovido la lectura facilitando el acceso a libros y bibliotecas a través de diversos talleres y distribuciones a nivel nacional, destacándose por su alcance y replicación en otros países de la región como Cuba, Chile y México.
Así, el Día del Libro en Argentina no solo celebra la importancia cultural del libro en todas sus formas, sino que también promueve activamente la lectura y el acceso equitativo al conocimiento.