El jueves 24 de mayo de 1810, se confirma que el Cabildo había designado una junta de gobierno presidida por el virrey Cisnero, quien había sido destituido de su cargo, al llegar la noticia que el Rey Fernando VII no gobernaba España, que que había caído en manos de Napoleón.
No obstante, ese cabildo Abierto del 22 de mayo puso al frente del nuevo gobierno al representante del Rey. La voluntad popular estaba burlada y esa Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente, es decir viernes 25 de mayo. Esa Junta fue conformada, además del virrey, por cuatro vocales: los españoles Juan Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José Castelli y Cornelio Saavedra.
La reacción más notable fue la Manuel Belgrano. Luego de conocerse que Cisneros había desacatado la decisión del pueblo de alejarse del mando del Virreinato del Río de la Plata, por lo que juró a la patria y a sus compañeros, que si a las tres de la tarde del ese día el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, lo derribaría con sus propias armas.

