jueves, abril 25, 2024
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Otra mirada al tránsito de cada día

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El tránsito es un problema de candente actualidad en la sociedad contemporánea. Fundamentalmente el uso de las motos y ciclomotores. Las comunas buscan soluciones inmediatas con las presentes estructuras y sin embargo para el 2050, no habrá automóviles con motor de explosión. Estudios recientes realizados en Europa indican que tampoco habrá conductores que los manejen ni muchos de los empleos que generan. Sin el factor humano, las muertes en las carreteras se reducirán al mínimo. Incluso, el concepto de comprar un coche parecerá antiguo.

Los nuevos criterios indican que bajarán los niveles de contaminación, y hasta cambiará la geopolítica mundial.

El adiós a los coches alterará la fisonomía de las ciudades que, ahora sí, serán para el ciudadano. Un mundo con menos automóviles que no contaminan, ejemplifica lo que ya no habrá en 2050.

Estos breves datos son la antesala de la necesidad de ir planificando con cada decisión oficial las nuevas urbanizaciones. En varias oportunidades hemos señalado que es necesario en la actual demanda gubernamental, el gabinete de lo cotidiano o ‘día a día’; y el de la planificación. Hombres y mujeres que estudien lo que se viene y hacia ello dirigir los recursos. Los cambios serán rápidos y vertiginosos. Incluye en sus transformaciones a remises, taxistas y otros conductores profesionales, mecánicos tradicionales, menos agentes de seguros por el descenso de los accidentes, personal de tránsito, profesores de autoescuela y demás vinculados con la industria.

Los escasos vehículos impulsados por baterías que se observan como novedad, en treinta años, serán como al auto, al sulky del ayer, en la primera mitad del siglo XX.

Es que las transformaciones que incluyen las nuevas relaciones laborales – más allá de las propuestas oficiales y resistencias gremiales –serán distintas. La distinción entre trabajo y ocio desaparecerá. De hecho ya han disminuido con la tecnología. En cualquier día y hora de la semana tenemos la respuesta a requerimiento de toda naturaleza. Ya no se necesita saber del horario laboral para alcanzar un objetivo o tener la respuesta a una demanda. De hecho sucede todo el tiempo, sin embargo hay resistencia a esas transformaciones que ya se han comenzado a normalizar por usos y costumbres.

Estudios recientes dan cuenta que el auto en Europa se usa un 4% del tiempo. Los restantes 96% está parado. Es como la pelota en un partido de fútbol. No nos ponemos a pensar que no más de tres minutos como máximo un balón es tocado por un jugador. El tiempo es mucho menor. El ‘Kun’ Agüero desplazó la pelota en el último partido de Argentina-Rusia, 1’57”, incluido el gol. Cada auto está más tiempo estacionado, salvo excepciones, que en movimiento, sin embargo la necesidad de su posesión y posibilidad de uso indiscriminado no nos permite esta observación.

El fútbol seguirá atrayendo multitudes, conversaciones y discusiones, pero en menos de 30 años, el 95% de los kilómetros recorridos lo serán en vehículos eléctricos autónomos en modelos mucho más baratos y eficientes. Serán a energía solar o batería eléctrica. La proyección indica que no se necesitará comprar un auto, ya que se limitará su uso. Habrá  flotas para que se dispongan los coches el 40% del tiempo o más, y sin chofer. Cada vehículo recorrerá al año 150.000 Kilómetros frente a los 10.000 o 15.000 de promedio de un particular. Debido a este aumento de la eficiencia, se necesitarán un 80% menos de coches para desplazarse. Las motos o modernos vehículos más seguros en dos o tres ruedas serán una constante.

Observando estos detalles que son presente incipiente – como el Ford T ante el caballo, carruaje o sulky – las ciudades tienen que organizar su urbanización. Es futuro inmediato con optimización de recursos. El progreso no podrá ser detenido. Sí resistido como siempre sucedió. Pero todo mejoramiento, vanguardia o adelantamiento de cada época no pudo ser frenado.

Ahora mismo usamos el celular y la Internet para comunicarnos con otras personas, pero en 30 años estaremos mucho más acostumbrados a interactuar con sistemas autónomos con mínimas prestaciones ya que la combinación de mejoras en el procesado del lenguaje natural junto con la adaptación social de confiar y aprender a comunicarnos con dichos sistemas, hará que muchos trabajos intelectuales de hoy queden obsoletos. Nuestros hijos y nietos marcan el rumbo. Ellos se capacitan y forman con un mundo globalizado en una mano. Es el tamaño que ocupa el celular o tableta de la que disponen todo el día, incluida las horas de sueño. El diario lo conocen pero no lo leen y las lecciones las estudian por aplicación. Menos papel y más batería es la modalidad de aprendizaje…y hacia ello vamos.

A este futuro inmediato se incorporarán nuevas modalidades laborales distintas a las vigentes. No habrá canillitas ofreciendo el diario en las esquinas. La información por papel ya llega tarde. La tecnología intervendrá en todos los aspectos de nuestra vida en el futuro. El avance es cada vez más vertiginoso.

Que el tránsito se resuelva con el gabinete de la urgencia. Que otros planifiquen lo que se viene, en un mañana inmediato y lo vayan incorporando a los cambios que ya son presente. Estos son los desafíos de este tiempo…pero el uso del casco seguirá siendo obligatorio y su no aclimatación será multada y hasta se puede terminar preso!.

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