El día 23 de abril fue elegido como “Día Internacional del Libro”, pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616.
Otras investigaciones señalan que Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23 cuando se consignó la fecha del fallecimiento, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano. En esta fecha también fallecieron William Wordsworth (en 1850) y Josep Pla (en 1981).
La Unión Internacional de Editores propuso esta fecha a la UNESCO, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La Conferencia General de la UNESCO la aprobó en París el 15 de noviembre de 1995, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el «Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor».
Hasta el año 1930, España celebraba la Fiesta del Libro el 7 de octubre, fecha de nacimiento de Cervantes. Es que el rey Alfonso XIII había firmado un Real Decreto el 6 de febrero de 1926 por el que se creó oficialmente esa fecha por esa razón. Desde ese año – 1930 – se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como Día del Libro.
En Argentina, se había adoptado la fecha del 7 de octubre, siguiendo a España que la industria de editoriales había realizado la Exposición del Libro Español en Buenos Aires en esa jornada a fines de la década del ’20 del siglo XX. Luego se cambió al 23 de abril.